Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

martes, 21 de julio de 2009

El tamaño no importa... / Madrid / Yllana y zoo

Cada vez que paso por la Puerta del Sol se me desbarata el alma. El Oso y el Madroño es, hoy más que nunca, el símbolo de Madrid. Rodeado de ruido, polvo, escombros. Mancillado por vallas y cintas parece pedir clemencia al despacho que tiene enfrente, al de Espe, enredada entre correas, espías y ambiciones. Al Oso sólo le queda la alegría de mirar una tienda de ropa íntima. Hoy, más que nunca el símbolo de Madrid simboliza a Madrid.

Y es que Madrid es la obra permanente. Fue en 2001 cuando el actor Danny de Vitto visitando la ciudad dijo aquello de "Madrid es muy bonita, pero lo será aún más cuando encuentren el mapa del Tesoro". Y el mapa no aparece, que esta ciudad cada día se asemeja más a la obra de El Escorial, por el tiempo que lleva terminarla, que no por otra cosa.

Volví a El Escorial, a San Lorenzo para ser más exactos, en autobús, muy cómodo, muy rápido. Allí, tras desayunar me encontré con una exposición en el Patio de la Casa de la Cultura bajo el epígrafe: "El tamaño no importa siempre y cuando sea… grande". Y pase a verla. El autor es David González.

Son esculturas en madera que transmiten, que, seguramente por el material y la forma de ser trabajado tienen vida, tienen alegría. En las que predomina la verticalidad se erigen hacia el cielo como cipreses, como las columnas del templo de Salomón.

El título de la muestra, "El tamaño no importa, siempre y cuando sea… grande", me trasladó de nuevo a Madrid a ese Madrid faraónico diseñado entre enfados y broncas por Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre.

Y en la capital de nuevo, tras examinar espectáculos, no cupo la menor duda: Yllana y su espectáculo Zoo. Es la cuarta puesta en escena que veo del grupo, que crean adicción entre la parroquia. Su espectáculo Zoo cuenta con cuatro protagonistas que basan sus peripecias surrealistas y esperpénticas en el gesto, la onomatopeya y el grito.

Tres hombres y una mujer se dirigen a la selva buscando un ejemplar raro para llevárselo a un zoo, pero…, las peripecias surgirán a borbotones arrancando sonrisas, risas y sorpresa en el patio de butacas. La representación sirve para parodiar las pelis de aventuras. Desde las de toda la vida, como Las minas de Rey Salomón, hasta las de Indiana Jones. Si tienes diez minutillos de relajo no te pierdas el video:


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