Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 28 de marzo de 2010

Los hombres que miraban fijamente a las cabras / Clooney al natural

Después de tanto sofocazo con Pájaros de papel y El Concierto, por no hablar de la reforma necesaria de mi casa, la opción fue Los hombres que miraban fijamente a las cabras, una cosa disparatada, surrealista, que debo reconocer me hizo reir con tres o cuatro escenas. Mi amiga Almudena, gran admiradora del actor, aseguraba que no la iba a ver, que Clooney con bigote lo pierde todo, así que en esta entrada, al final, no me queda otra que poner un video del actor tal como vino al mundo, sin bigote y sin pantalones. Cosas de las audiencias, que me reclaman más morbo…

Y es que, en estos tiempos de cuaresma, sigo remirando, no sin temor a represalias, el libro de José Díaz Herrera, Pedro J. Ramírez al desnudo. Aquí puedes ver una entrevista breve con el autor. Yo creo que Clooney tiene menos poder que Pedro J., y también mejor desnudo. Otro argumento, un poco forzado, para subir el video.

Pero bueno, todo esto viene a cuento por haber visto Los hombres que miraban fijamente a las cabras, que no ha tenido demasiado buena crítica. Bueno, seguramente no pase a la historia del cine como una obra maestra, pero como película disparatada, surrealista y esperpéntica, sí merecería una mención.

Incluso por la aparición, con tintes de gamberrada del propio Clooney, quien demuestra su saber interpretar. Clooney tira por los suelos su imagen de galán. Desbarata ese paralelismo que en alguna ocasión mencioné me evoca a Cary Grant, y aparece, no ya con el bigote al que se refería su seguidora Almudena, sino con una deplorable melena de horroroso jovencito pseudo hippie.

Porque la peli también es eso. Quizá dependiendo con qué ojos se mire, critica desde el absurdo el militarismo (particularmente esa paradoja que es la intelegicencia militar) y las corrientes alternativas del peace and love. Claro, juntar churras con merinas da como resultado la historia de Los hombres que miraban fijamente a las cabras.

Por la cinta pasa, de alguna manera, la Guerra de las Galaxias en el cine y en la realidad, la de Ronald Reagan.

En fin, no es Hair, pero salen militares, hippies, militares hippies, LSD y técnicas para matar de un solo golpecito. Aquí podéis ver el trailer. Y, aprovechando la semana santa, el Clooney más sensual, sin bigote y sin pantalones.



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