Blog de Alfonso Roldán Panadero

Autorretrato
Mi foto
En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

martes, 2 de noviembre de 2010

Al Pico Tres Provincias (o Cebollera Vieja) con Peñas Arriba

Hace ya doce años, unos amigos de Comfia-CCOO de Madrid, decidieron poner en marcha (nunca mejor dicho) un grupo de senderismo. Espoleados por Gregorio de la Fuente Martínez, la idea fue ejecutada por Ángel Arroyo Moyano y hoy, esa idea no sólo sigue viva, sino que crece imparable. Cada mes este grupo organiza una salida a la montaña a la que se puede apuntar cualquier amante de las caminatas al aire libre. Me armé de valor y allí que fui hace unos fines de semana, la realizada al Pico Tres Provincias, a 2.129 metros, donde confluyen las provincias de Madrid, Guadalajara y Segovia.

En la actualidad, el alma, el agitador del grupo de senderismo, es Pedro de la Cruz y los cuatro compañeros que conforman el "núcleo duro" que se lo curra para que cada mes esté todo a punto, para que se puedan llevar a cabo las salidas serranas son Ángel Arroyo, Julio García, Justo Tabares y Ramón Fernández.

Cuando un sábado suena el despertador a horas extremadamente tempranas, lo primero que una persona medianamente normal se pregunta es "¿pero por qué me habré apuntado yo a esto?" Pero rápidamente estos interrogantes se disipan.

Un gran ambiente en el autocar (magistralmente conducido por David o Nacho), la parada para el café con churros y la compra de pan para el bocadillo del almuerzo, hacen que el cuerpo llegue perfectamente despejado para iniciar la marcha.

El grupo es variopinto. Ana es una jienense "de Jaén capital", trabajadora de Unicaja que anda toda la semana recorriendo España negociando sobre las cajas. Se conoce Madrid mejor que la mayoría de los madrileños y, para ella, estas escapadas "son un alivio para respirar y desconectar". Ya ha hecho varias salidas y se sabe todos los truquillos. Gracias a ella y, concretamente, gracias a uno de sus bastones pude descender sin mayores problemas por los riscos de la sierra.






Pero la caminata está muy controlada. Más allá de que en el precio está incluido el pago de un seguro, el "núcleo duro" anda estratégicamente dispuesto por vanguardia y retaguardia por si hay algún parón y evitar la dispersión del grupo.

También en la descripción de la salida se especifica el grado de dificultad de la marcha para que cada cual tenga clara si su condición física permite realizarla sin problemas, porque como insiste Pedro de la Cruz, "la montaña es para disfrutarla, no es para sufrir".

Eso sí, es envidiable ver como personas de cincuenta y más, suben, suben, suben como si tuvieran un turbo en las pantorillas. Y luego bajan, bajan, bajan echando el freno con toda la fuerza del cuerpo.





En resumen, aquella noche dormí como un auténtico ceporro. (Estos de aquí abajo son parte del grupo que llegó hasta arriba).

Y si alguien quiere hacer esta excursión...

Comenzamos nuestra andadura en el Puerto de Somosierra a 1.445m, frente a la ermita de Nuestra Señora de la Soledad, para dirigirnos hacia el Pico Tres Provincias. Pronto pasamos por unos depósitos de agua y algún que otro rebaño de vacas, por el camino tuvimos que sortear alguna que otra “sorpresa” para que no nos pesen mucho las botas.

El camino es de continuo ascenso, pista forestal y sendero, la subida es mas o menos tendida, después de llevar unas 2 horas andando tendremos un fuerte repecho que pasaremos en unos 30 minutos, luego se suaviza nuevamente la ascensión hasta alcanzar el vértice geodésico 2.129 metros, límite administrativo de Madrid, Segovia y Guadalajara, desde donde habríamos podido contemplar una amplia panorámica si no hubiera habido niebla. En llegar a la cima empleamos unas 3 horas.

Luego descendimos por un empinado corta-fuegos hasta alcanzar un bosquecillo de pino joven donde paramos a reponer fuerzas y descansar.

Y continuamos el descenso, llegamos a la Cascada o Chorrera de los Litueros, nacimiento del Rio Duratón que entregará sus aguas al Rio Duero en Peñafiel. Esta cascada, la de mayor altura de Madrid, aproximadamente 90 metros, es digna de verse por espectacularidad en la época de deshielo por el caudal de agua que se despeña.

De ahí, nuevamente al Puerto de Somosierra después de unas 5 horas netas de marcha.

¡Ah! Esta de aquí abajo es Ana. Su bastón fue mi báculo para descender. Evidentemente, la foto no hace justicia:

No hay comentarios :

Publicar un comentario