Blog de Alfonso Roldán Panadero

Autorretrato
Mi foto
En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 26 de junio de 2011

La más grande casualidad

Entré en la cafetería. Al poco de cruzar la puerta vi esa melena brillante coronando una elegante postura de mujer. Su mirada brillante y clara perforó mi corazón; su sonrisa dejaba entrever una tentación difícil de sobrellevar con caballerosidad, sus manos de alargados dedos incitaban al placer... Sin recato alguno, con una desvergüenza que no sentía hacía años, me senté junto a ella. A los pocos minutos era como si nos conociéramos de toda la vida. Mejor, como si nos hubiéramos conocido en otra vida y no existiera en nuestros cuerpos ningún secreto...



Yo no sabía moverme en aquella ciudad. No sabía moverme ni por mi vida. Casi sin darme cuenta aparecí en el asiento del copiloto. Como una heroína comandaba la nave. Asía el timón con seguridad, con firmeza, y allí encerrado me sentí atrapado. Cómodamente atrapado. Me dejaba llevar viendo su sonrisa cautivadora. El mundo desapareció y sólo éramos ella y yo. Y ella llevaba el timón.

Ante su silencio largo y electrizante, disparé:

"¿Tú te acuerdas de mí?; ¿verdad?”.

Una sonrisa larga, algo canalla, coincidió con un aumento en la velocidad. Siguiendo al gran Sabina comenzó a pisar el acelerador. Otro silencio que se me hizo eterno:

"Claro que te recuerdo. Hace sólo treinta años. Fue sólo un día de hace treinta años. Pero me acuerdo. Perfectamente".

Un temblor húmedo recorrió todo mi cuerpo hasta el alma. Treinta años hacía que entró en aquel garito madrileño. Entre cubatas, sudor, decibelios y drogas apareció ella. Burning. Esa noche actuaba Burning. Los primeros acordes enloquecieron al personal cuando nuestras miradas confluyeron olvidando amigos, amigas, decibelios, sudor, cubatas, drogas. "Qué hace una chica como tú en un sitio como éste..." Me acerqué con una desvergüenza que he perdido con el tiempo. Sin ningún rubor la tomé por el hombro mientras su clara mirada brillaba más y más. Y Burning, "...qué clase de aventuras has venido a buscar".



Dos minutos transcurrieron y nuestras bocas estaban unidas. "...mujer fatal, siempre con problemas, mujer fatal..." Nuestras lenguas se encontraron en su cueva húmeda con mil sabores afrodisiacos. En menos de una hora nuestros cuerpos se enredaban en una sinfonia de pasión. Recuerdo su cuello, su torso, sus piernas..., su espalda grabada en mi retina. Sus pies sensuales...

No había amanecido cuando marchó. Sólo me quedó su imagen, un nombre que no supe si era cierto y unas lágrimas en sus ojos. La esperaban. Su viaje de fin de curso había pasado por Madrid y tenía que volver a su provincianismo. La esperaban. La esperaba un futuro de éxitos laborales y desastres personales. Al fin y al cabo, Madrid esos días era un sueño.

Y ahora me tenía en sus manos. En su coche. Los papeles cambiados treinta años después, cuando en la radio, en una cadena de nostalgias, empezó a sonar Nacha Pop, "me asomo a la ventana eres la chica de ayer.."

Nunca una casualidad había sido tan enorme "¿Y ahora qué?", sólo me atreví a murmurar. Me miró por el rabillo del ojo y sonrió con un brillo en la mirada que no había visto desde los 17 años...

Con una seguridad de heroína callejeó y, sin apenas utilizar el pedal del freno, entramos en un aparcamiento subterráneo. Nos comunicábamos.., no sé cómo, pero nos comunicábamos más allá de miradas, sonrisas y monosílabos. Comenzamos a caminar por aquellas calles que yo desconocía. Insistí con voz trémula, "¿y ahora qué?"

Se detuvo.

"¿Por qué nunca me llamaste?", me interrogaba mientras su gesto brillante viraba de rumbo, "¿por qué nunca me escribiste?"

Me quedé helado: "¿Cómo?", pregunté con los ojos desorbitados. "Ni siquiera supe nunca si tu nombre era cierto, a pesar de que tú fuiste la mayor certeza de mi vida. Eres la mayor certeza de mi vida. La única certeza que tengo". No lo vi. Dios. El único papel que tenía que haber visto y no lo vi.

"Sobre la mesilla..."

Sobre la mesilla yo no vi nada. Ni en ninguna parte vi nada. Estaba ciego de amor, atenazado. En aquella habitación de aquel apartamento compartido estuve encerrado varios días con su imagen rodeándome. Sin aire para respirar, el corazón desmandado. Y ahí, en un papel, al lado del dolor estaba su antídoto. Sentía que mi gesto estaba descompuesto. El suyo también. Era como si en un momento hubiéramos sido conscientes de haber perdido nuestras vidas. Como si nuestras vidas hubieran estado encarceladas. Una cadena perpetua por culpa de aquel maldito papel invisible. Y nuestras vidas estaban acostumbradas a las cárceles en que nos habíamos encerrado. Teníamos pánico a esa posibilidad de libertad que, de repente, se nos había presentado. Yo tenía pánico, que su rostro denotaba que el mundo se deshacía como un castillo de naipes. "¿Y ahora qué?", repetí por tercera vez.

A pesar de la primavera y el Sol, corría un viento frío. Y allí parados, en una plaza anónima tomé su mano derecha buscando recibir y dar cariño. Aquella mano, que recorrió treinta años atrás cada recoveco de mi cuerpo, volvía.

Sus dedos largos, ágiles, de pianista, fueron suavemente aprisionados por los míos. La piel suave de su mano me electrizó el alma. Acerqué su mano fría, muy fría, a mi cara. Un breve recorrido la llevó de mi mejilla hacia mis labios. Un beso suave, casi imperceptible y..., su mano izquierda comandada por la piedra de un anillo enorme, que escondía otros anillos y secretos, liberó a su compañera de mi presión, suave, pero presión.

"¿Ahora qué?", dijo ella por fin mientras colocaba sus Ray Ban para que no pudiera descubrir su mirada. "Yo no puedo escapar de mi cárcel. Pero cada día de mi vida, aunque seas como un fugaz rayo, apareces en mi cabeza. Y te hablo, y te siento, y te presiento. Tu imagen me ayuda a sobrevivir en medio de la mediocridad y no quiero estropear esa sensación. Nuestros cuerpos, entonces jóvenes, se unieron en unas sensaciones que no he vuelto tener".

Caminamos hacia el aparcamiento.

"¿Te llevo?"

Pero yo necesitaba aire. No sabia ni dónde estaba, pero necesitaba aire mientras en mis ojos se agolpaban las lágrimas. Un abrazo sin mayores pretensiones. Su cuerpo, tenso pero repleto de dignidad hacía que mi corazón se estremeciera. Roce de mejillas y melena. Y adiós. Sin mirar anduve y anduve. El viento frío hizo que las lágrimas de mis ojos se ventilaran. Treinta años después, se repetía la historia. Y aún no sabía si aquel nombre era cierto, mientras pensaba que siempre nos quedaría Burning, aquella sala, la movida. Cogí mi iPhone para chequearlo. Un papel se enganchaba en la funda. A boli, un nombre, ¡su nombre! ese nombre que siempre me sonó un poco a broma. Y unos apellidos. Y un número de teléfono. Y una dirección. Y un correo electrónico.... Esto era el principio de... No sé de qué, pero de algo.

miércoles, 15 de junio de 2011

Svante, un congreso de clowns, de emociones y de narices / Sonríe

Es madrileño, pero medio sueco y medio alemán. Se licenció en Ciencias Económicas por la Universidad de Maastrich, pero hace siete años, tras ver un espectáculo en un festival clown se quedó encantado, se apuntó a un taller de clown y a partir de ahí…
Indudablemente es un tipo emprendedor que se ha liado la manta a la cabeza y ha decidido organizar el I Congreso Nacional del Clown en Madrid. Está preparando su tercer espectáculo que espera estrenar en noviembre y asegura que lo que le gusta es “el clown sagrado”, oír dentro de uno mismo, eso es el clown sagrado. Y claro, cuanda habla del clown su mirada clara se vuelve brillante. Sí, está enamorado del clown.

(Las fotos, evidentemente, son de Fran Lorente)



Lo de poner en marcha un Congreso Nacional de clowns le surgió después de leer en un periódico, un día, que se estaba desarrollando un congreso de odontólogos, o algo así. “Pensé que sonaba muy bien, y como soy muy clown, muy enamorado del clown se me ocurrió que nada mejor que un congreso para homenajear al clown, porque aunque hay festivales no existe un foro donde debatir. Contacté con la sala Illary, la cedieron y me lancé, porque todo esto se realiza sin subvenciones ni ayudas”, explica Svante con inocencia.

Pero esto ha sido sólo el principio. La idea es que en el futuro, una vez al año, se realice un fin de semana clown en toda España. Es la chispa que espera que prenda. El objetiva es que esto sirva para aumentar la comunicación, las relaciones entre clowns casi a modo de feria.

El congreso se celebra entre el póximo viernes y domingo y se basa en tres pilares: talleres, ponencias y actuaciones. Es decir, algo que tiene gran interés para aficionados y profesionales.

Payaso y clown

Ante mis torpezas conceptuales intenta explicarme las diferencias entre los dos palabros, porque en español se utilizan dos palabras, clown y payaso, cosa que no ocurre en el resto de los idiomas. “En España utilizamos la palabra “payaso” más para actuaciones en el circo, y “clown”, para actuaciones en sala. “Payaso” puede ser un término más peyorativo, sin embargo, “clown” es más refinado. El clown transmite emociones, no sólo hacer reír, también emociona con situaciones muy intimas”, me explica Svante con grandes actitudes pedagógicas.

Pero la gran pregunta es qué es un clown, “cualquiera que intenta definirlo fracasa. Yo dividiría dos circunstancias: espectáculo y la búsqueda íntima de nuestro propio clown. El clown es una experiencia, una vivencia a través de la cual conectas con partes muy íntimas. El clown tiene diferentes características: ternura, curiosidad, alta autoestima, amante de la vida (nunca mataría), es auténtico, transmite desde la autenticidad, ama al público…”, Svante va ganando en elocuencia. Hace una pausa y remacha la faena: “También puede ser rebelde. Lo bonito del clown es su vulnerabilidad, su fracaso. Es muy importante el contrapunto sobre lo que pretende ser y lo que es”.

Ante esta retahíla, me surge la duda de si el clown nace o se hace, y nuestro clown de ojos claros, tras una paradita me asegura que todo el mundo tiene un clown interior. Todo el mundo puede encontrarlo, “en mi opinión es buscar en el interior emociones auténticas y transmitirlas”.

Emociones y narices

Sí insiste Svante en el mundo de las emociones: “Las emociones son reales. No es real que una persona tenga una nariz roja (pequeña máscara), pero, por ejemplo, puedes encontrarte con un monstruo irreal, pero si es bueno, la situación se convierte en verdadera…”

Aprovechando el asunto emotivo le pregunto por la risa, que al fin y al cabo es con lo que el ciudadano medio identifica al clown. Y es que la risa es cosa seria: “El público se puede reír del clown o con el clown. A mí me gusta reírme con el clown. No es noble reírse de alguien. Te puedes reír de lo que hace el clown o de cómo lo hace; puede vivir situaciones absurdas o normales que se convierten en absurdas”.

Entonces le saco tema para debate, nariz roja, ¿sí o no? Y se decanta por el naricismo: “Yo apoyo el uso de la nariz roja porque hace más amable la expresión, pero ha habido mucho clown malo con la típica nariz, que la ha desprestigiado. También es cierto que cuando haces muchos ejercicios con nariz, anclas con el estado clown al ponértela. La nariz ayuda”.

Mientras degustamos unas tisanas, visto lo visto, tengo que preguntarle, no por nada, si se es clown las 24 horas del día. Y en vez de asaltarme con un “me alegro que me haga esa pregunta”, toma el mando: “La pregunta quizá debería ser, qué de clown debemos tener 24 horas al día, por la parte de emocionar a los otros, hay que serlo 24 horas al día.

Claro después de tanto filosofar se me iba que los clowns, o vamos los payasos, a veces parecen cosa de niños. Le pregunto por es relación con la infancia. Y lo tiene claro, “más allá del animador infantil, el clown vive la vida intensamente, como un niño. Vive el aquí y el ahora, buscando aventuras. Puede pasar de estar completamente triste a la alegría en un minuto, como un niño. Es espontáneo como un niño. Ser niño es una faceta más del clown, pero también se puede ir más allá del adulto. Quien se divierte con la vida sin preocuparse es otro tipo de clown”.

Y mientras sorbemos las ultimas gotas de las infusiones me cuenta quienes son sus preferidos, los rusos, como Vladimir Olshansky, Slava, Avner…, la magia de Charlie Rivel (pincha) o el cine de Chaplin.


Aprovecho a Chaplin para invitaros a sonreir, si tienes uno de esos "días rojos", Audrey Hepburn, sonríe con esta bonita canción y las imágenes de Charlie Chaplin:


Para saber más de Svante, pincha aquí. Y aquí


lunes, 13 de junio de 2011

14-J, Día del Donante, Marisa, enfermera, colecta sangre para repartir vida

Tiene ya larga experiencia en el mundo de la sanidad. Estudió en el Hospital Clínico y pertenece a la primera promoción de diplomadas en enfermería, del año 1981. Después pasó por el 12 de Octubre y el Gómez Ulla, tras aprobar las oposiciones, anduvo dos años en un centro de toxicómanos y, desde 1993, en el Centro de Transfusiones de la Comunidad de Madrid.


(La foto de Marisa es de Fran Lorente)



Y nos cuenta Marisa que su trabajo le resulta gratificante, entre otras cosas, porque va más allá de una mera labor técnica. Quien esto firma es donante y sabe que, sin saber muy bien por qué, siempre recorren mariposas el estómago cuando estás a punto de tumbarte en la camilla. Para eso está Marisa, que hace que todo sea mucho más distendido. Marisa charla de mil y una cosa que nada tiene que ver con lo que se está haciendo.



Sobre ese miedillo irracional nos cuenta Marisa que es algo atávico. Muchas personas nunca han donado con la “excusa” de que se marean, un mareo que es pura sugestión, como el pánico a las batas blancas y a los hospitales. Todo el mundo debe saber que antes de donar se realiza un chequeo al donante, lo cual está muy bien, porque el acto solidario también se convierte en chequeo médico, con analítica, control de tensión arterial, etcétera.



Nuestra enfermera forma parte del Centro de Transfusión desde sus comienzos, cuando la sede se encontraba en el Hospital del Niño Jesús, y un centenar de personas trabajaban en él. Ahora, la plantilla se ha triplicado y está conformada por médicos, auxiliares, enfermeras, auxiliares de servicios generales, conductores y personal administrativo. Una maquinaria que está activa 24 horas al día los 365 días al año en tres turnos. El de la noche; nos cuenta Marisa, que ha pasado por los tres; es algo diferente, basado en urgencias hospitalarias y procesamiento de sangre.


Insustituible


Nos insiste nuestra interlocutora en que la sangre es insustituible por mucho que se diga que empieza a haber sustitutos. “La sangre, o la dona el ser humano o no existe”, por ello es imprescindible explicar a las sociedad los beneficios de ser donante. Ser donante “es la mejor forma de salvar vidas sin sacarse el título de Medicina”.


Aunque las necesidades de sangre son muy grandes, asegura Marisa que Madrid es una región bastante solidaria, no en vano las donaciones en la región están por encima de la media nacional. En Madrid se realizan 48 donaciones por cada mil habitantes año, y a nivel nacional la ratio es de 38 donaciones por cada mil habitantes.


Considera nuestra enfermera que el trajín de Madrid, la masificación, complica que la ciudadanía se implique más. En los lugares pequeños es más fácil, el boca a boca es la mejor campaña y eso en Madrid es complicado. Sí es cierto que una vez que se ha donado tres veces, el donante es cómplice, es un agitador que capta nuevos donantes.


En este sentido, nos relata como anécdota, que a algunas personas hay que echarles el freno porque quieren donar y donar, sin siquiera cumplir los tiempos obligatorios entre donación y donación. Y eso tampoco es.


Con la llegada del verano y las vacaciones estivales suele haber mayor necesidad de sangre, y el equipo del Centro de Donación empieza a preparar la “campaña pueblos”, una campaña muy importante que recorre el 80 por ciento de los pueblos de la región. Nos explica Marisa que cada día trece equipos de colectas se mueven en instituciones, empresas, etcétera. Tal es el caso de CCOO de Madrid, donde regularmente, el Centro de Transfusiones, en coordinación con la Federación Regional de Sanidad realiza donación entre sindicalistas, afiliados y vecinos de la zona.

Trabajadores solidarios

La Organización Mundial de la Salud eligió el 14 de junio como el día dedicado a reconocer a los millones de personas que, al donar sangre, salvan vidas y mejoran la salud del prójimo. Este Día Mundial pone de relieve la importancia de donar sangre periódicamente para prevenir la escasez en hospitales y clínicas. Este evento anual, que tiene por principal objetivo motivar a más personas a que se hagan donantes, está dedicado a demostrar que los sistemas y las políticas de salud son eficaces para hacer que las transfusiones sanguíneas resulten seguras y accesibles a la gente en todo el mundo.

.
En Madrid, está previsto en fecha cercana realizar un evento en el que se distinguirá al colectivo de trabajadores de los hospitales públicos de la región. Tres motivos llevan a este reconocimiento: la gran cantidad de sangre que donan; la complicidad de las plantillas con la necesidad de donar; y desmitificar la “leyenda urbana” de que los trabajadores no donan poniendo mil y una excusas.

Para poder donar hay que...

• Tener más de 18 años y menos de 65. (Si tienes más de 65 años y eres donante, puedes continuar donando hasta los 70 con un informe positivo de tu médico de cabecera).
• Pesar más de 50 kilos.
• No padecer ni haber padecido enfermedades transmisibles por vía sanguínea.
• Pasar un pequeño reconocimiento médico que incluye: Toma de tensión arterial, determinación de nivel de hemoglobina, cuestionario con preguntas de salud.
• No estar en ayunas.

Lope de Vega, 38: un referente

Hace tres años, un afiliado a CCOO sugirió que se realizaran donaciones en el sindicato. A partir de ahí, Agustín Reoyo (el tipo de la foto que se hace el valiente), miembro de la Ejecutiva de la Federación Regional de Sanidad, y de la Unión de Madrid, dialoga sobre la iniciativa con Miguel Ángel de la Huerta, responsable de la Oficina de Atención al Donante.


Al menos, dos veces al año, en el local de CCOO de Madrid se colecta sangre. Aunque nunca es suficiente, el resultado es muy positivo.


Y para saber todo sobre la donación en Madrid, pincha AQUÍ.




¡Ah! Por supuesto yo soy donante.













martes, 7 de junio de 2011

Maribel Prieto, conductora de la EMT, mujer al timón

Tiene 41 años y una hija. Es la suya una familia monoparental, por lo que sabe de lo que habla cuando reclama que la empresa debe facilitar la conciliación familiar. Asegura Maribel que siempre le gustó conducir, así que después de ser dependienta se hizo camionera, y con el tiempo, conductora de la EMT, un trabajo más estable. Cuenta que lo de ir superando las distintas clases del carnet debe ser como los tatuajes, que empiezas y no terminas, así que ahora anda planteándose sacarse el permiso de moto…

(Foto de Fran Lorente)

Es Maribel una de las casi 200 mujeres conductoras que tiene la EMT (los autobuses urbanos de Madrid), eso sí, frente a 5.800 hombres. Poco a poco van siendo más, pero aún el desequilibrio es grande. Y no sólo en el colectivo de conductoras. En talleres, no hay más de 15 mujeres, y ninguna de ellas es mecánica, “un absurdo”, explica Maribel, “porque habiendo maquinaria que multiplica la fuerza, cualquier mujer puede ejercer de mecánica”. El desequilibrio también es evidente en los puestos de mando, que sólo hay una subjefa frente a 60 subjefes.

Maribel es una mujer que lleva el timón, tanto literal como figuradamente. También fue, y es, una de las primeras delegadas de personal, de CCOO, y es la responsable de Mujer en la Sección Sindical. Entre ellas están empujando para racionalizar, modernizar la EMT, “porque a la empresa le cuesta innovar”, y porque las mejoras para las mujeres también lo son para los hombres. Y desde su timón insiste, “tenemos que avanzar”.

Para el personal de movimiento de la EMT existen turnos de trabajo fijos y variables, o correturnos. Maribel es una correturnos, por lo que no siempre conduce en la misma línea. A veces le toca en la 27, que quienes sean usuarios saben que son autobuses articulados, de un tamaño desmesurado. Ahí en alguna ocasión ha tenido que escuchar “¿¡Pero vas a poder tú con todo esto!?”, y su respuesta es muy sencilla: “quien tira de todo esto es un motor, no yo”.

Y es que el repertorio de sucedidos machistas, aunque no grande, existe, como aquel día en que un señor, que iba con tres señoras y debía ser musulmán, preguntó si era ella quien iba a llevar el autobús, y ante la respuesta afirmativa se marchó. En otra ocasión, la cosa fue un poco más seria: “Un hombre, muy grosero, muy anticuado, muy machista, muy, muy rural, la tomó con que no se fiaba, con que me fuera a mi casa a limpiar, a cocinar.., se fue creciendo hasta que me puso la mano encima y tuve que solicitar ayuda”.

Nuestra conductora asegura que lo normal es que no ocurra nada, aunque a veces la gente cae en estereotipos cuando la ven al volante del bus, “¡Qué bien, con lo guapa que es!”, exclaman en ocasiones. Por todo ello es importante que cada vez se visibilicen más mujeres conduciendo autobuses. Maribel anima a las chicas a que conduzcan, “es un mundo bonito” y además hay que ampliar la plantilla de mujeres porque “en empresas como la nuestra, es necesaria la opinión de las mujeres”, asegura Maribel.

Y es que Maribel considera que no se facilita que la mujer forme parte de la plantilla de conductoras. De cada grupo de quince nuevos aspirantes, sólo una o dos son mujeres y son más selectivos “por los problemitas de siempre: ser madre, atender hijos…, aunque después nos consideren unas buenas empleadas”. Y no sólo eso, las reivindicaciones que realizan las mujeres, finalmente repercuten en beneficio de los hombres.

Cuestión de necesidad

Claro, surge un tema inevitable cuando la jornada laboral se realiza al volante de un autobús: el aseo. Siete horas seguidas en el puesto son imposibles… Existen cincuenta bares concertados con la EMT en los que la conductora, o el conductor, pueden hacer uso del aseo sin consumir, “pero en muchas ocasiones, las mujeres tenemos que pedir la llave en la barra y perdemos mucho tiempo. En dos o tres minutos es imposible y la cosa se complica cuando estamos con la menstruación. Vamos extremadamente aceleradas”.

Pero esto no es lo peor, que hay muchas cabeceras de línea que no cuentan con bares, sobre todo en los barrios nuevos. En esa situación, el conductor varón puede ingeniárselas si hay parque cercano o con el sistema de la “rueda girada”, pero las conductoras lo tienen imposible. Por eso, Carmen explica que hacen falta aseos en las cabeceras de las líneas o donde éstas están muy separadas.

Ciudad estresada

Madrid es una ciudad bastante loca. Las personas que utilizan el bus no son conscientes, a veces, de lo que tienen que soportar conductores y conductoras. Envueltos en nuestro egoísmo no somos capaces de ver que ese autobús lo conduce un ser humano al que ni siquiera saludamos y, mucho menos, regalamos una sonrisa. Más fácil lo contrario.

Muchos conductores y conductoras tienen que levantarse a las tres y media de la mañana para empezar su jornada a las cinco. Tienen que realizar un largo trayecto de ida a su puesto y de vuelta, que nunca se acaba donde se empieza. Ese tiempo, no es contabilizado como tiempo de trabajo. Luego, tienen que ir pendientes de los tiempos en la capital del atasco, sin tiempo para atender necesidades fisiológicas. El anticuado reglamento por el que se rigen les sanciona, tanto si sufren una colisión, como si un pasajero se cae. A veces hay que elegir entre peligroso volantazo, frenazo o colisión…, y lógicamente siempre se salvaguarda la integridad del pasaje.

Los conductores y las conductoras, además, son personas normales con los problemas de las personas normales, pero que tienen que sufrir reproches de pasajeros estresados. Madrid, sus gentes suben al autobús con poco humor a primera hora de la mañana, o cuando salen para comer, pero la cosa cambia por la tarde, “es otro rollo”.


Y este temita, sin que se lo tome muy a pecho, para Maribel y sus decenas de compañeras. Bueno, y sus miles de compañeros:

sábado, 4 de junio de 2011

Trótula de Salerno, científica medieval. Otra mujer adelantada

“… es igualmente frecuente que la concepción se vea impedida por un defecto del hombre como de la mujer”

Fue también conocida como Trótula di Ruggiero (1090-1160). Trótula fue la primera doctora en la primera escuela de medicina. Fue primero estudiante y luego profesora de la Escuela Médica Salernitana, el primer centro médico sin conexión con la Iglesia, considerado por muchos la primera universidad europea.

En la Edad Media, el ejercicio de la medicina estaba prohibido para las mujeres, salvo la obstetricia y cuidado de bebés. Así, en un Salerno abierto a la vocación médica femenina, pronto surgirán cinco mujeres expertas en el arte de curar: Trótula, Salernitana, Constanza y Calenza, alemanas; Rebeca Guarda, judía; y Abella, musulmana. Ellas simbolizaban la conjunción de los saberes judíos, árabes y cristianos. Pero entre ellas, destacaría Trótula, que ocuparía un lugar importante en el campo de la ginecología y obstetricia.

Trótula escribió el más importante tratado de Obstetricia y Ginecología de la Edad Media, Trótula Mayor, que versa sobre la menstruación, la concepción, el embarazo, el parto, el control de la natalidad y diversas enfermedades ginecológicas. En su obra refleja ideas muy avanzadas para su época, por ejemplo, su apoyo al suministro de opiáceos a las mujeres durante el parto para mitigar el dolor, práctica muy perseguida por las autoridades.

jueves, 2 de junio de 2011

Fernando Figueroa, la República de mujeres y Angelina

Haciendo honor a sus apellidos tiene aspecto cervantino. Enjuto y con barba que apunta al suelo parece sacado de un cuadro de El Greco, eso sí, con una mirada clara que brilla cuando habla de los personajes de su novela, o cuando explica que hay graffitis que hay que salvaguardar porque son parte artística de la memoria de la ciudad. Nuestro novelista es historiador, doctor en Historia del Arte, artista, escritor, clown, actor, monitor de ajedrez…, ahora está presentando la segunda parte de una novela fantástica preciosa que se desarrolla en el siglo XVII, El libro de Angelina.

Angelina es un personaje que nos enamora. Es una mujer fuerte, aventurera, intrépida…le espeto a Fernando Figueroa. Y me explica que cada lector tiene sus preferencias. El libro de Angelina es el viaje iniciático de la protagonista, que se va convirtiendo en mujer: surge el dolor, el amor, la maternidad, miedos y retos a superar, incomprensión, esperanza.

- Realmente te has metido en una cabeza y un corazón femeninos.

- Muchas mujeres piensen que la autoría es realmente de una mujer. La novela, alguien ha dicho, que es un catálogo de feminidad.

- ¿Con trasfondo feminista?

- Se fuerza mucho la diferencia, cuando hombres y mujeres somos los mismos seres. No somos opuestos sino complementarios. El utópico sueño de Angelina es crear repúblicas de mujeres para salvar el mundo que destroza la malicia del hombre.

La novela nos puede evocar los grandes libros de viajes, desde la mitología hasta la época de los descubrimientos y el comercio. Las aventuras de Angelina pueden leerse fundamentalmente por diversión, como un libro de aventuras, pero también pueden descubrirse elementos más profundos, sociales, filosóficos... También rompe la actual imagen infantil del género gracias al erotismo.

Lo que no hay es un regodeo en la descripción física de los personajes. Y el cervantino autor:

- Me gusta que el lector aplique su imaginación. También quedan algunas historias abiertas a su imaginación, como en las novelas de caballería.

En la narración, desde mi punto de vista, tienen gran importancia las frases contundentes. Es un lenguaje muy cinematográfico, me dice Fernando, "que es con lo que los de mi edad nos hemos criado. También visualmente es como el cine de animación o películas como Piratas del Caribe. La estructura de la novela es la de El Quijote más Las Mil y una noches, en la que nos quedamos con la miel en los labios al finalizar la narración del día y casi estamos forzados a seguir leyendo.
Y también son muy importantes las ilustraciones. He jugado con que fueron realizadas en 1766, mientras el texto data de un siglo antes".

La cuestión es que ahora, Fernando acaba de presentar la segunda parte, que nuestro hombre identifica con la búsqueda del hijo. "En estas nuevas aventuras, tiene gran relevancia la fuerza materna, el instinto de protección, quedando claro que lo constructivo puede terminar siendo destructivo. Hay que dosificar y controlar con la conciencia. En esta ocasión de África y Asia, nos vamos a América, donde se padece la injusticia de la colonización genocida, la esclavitud, el incipiente capitalismo salvaje...", explica Fernando.

Con todo, Fernando Figueroa es doctor en Historia del Arte y una autoridad en graffitis. Realizó la tesis doctoral sobre el tema, por lo que se emociona haciendo preguntas retóricas sobre el asunto: "¿Por qué irrita un vagón o un autobús con graffiti y no con publicidad? ¿Tienen indulgencia por pagar? Igual que no toda la pintura es arte, hay graffiti y graffiti. A partir de los años 90 podemos hablar de arte urbano, pero los graffiti aún se mueven en el vandalismo. Se trata de una tensión más de nuestra sociedad hiperregulada, un síntoma urbano de la vitalidad del ser humano."

En este asunto es promotor, junto a Elena Gayo en la defensa de la única firma de Muelle que existe. Ambos solicitaron, con el acuerdo de la familia, ante la Comunidad de Madrid, que la firma Muelle sea considerada «bien de interés cultural». Y explica, "ante la incomprensión de los políticos hemos reunido reunido firmas de profesionales de distintos ámbitos: el GEIIC, universidades, museos, el CSIC, artistas, vecinos..., para acallar la incomprensión de la administración. Muelle es un icono de la transición y la movida madrileña, en cualquier pueblo tendría una calle en su honor pero en la ciudad se olvidan personajes de este tipo. Yo lo comparo con Luis Candelas, pícaro y rebelde de guante blanco, amado por el pueblo, pero odiado por los poderosos. Muelle firmaba en lugares que no molestaban, por eso sobreviven sus firmas. Hizo un gran acto de amor al clavar su flecha en el soleado corazón de Madrid."

Pero además, Fernando es clown. "La risa es la mejor terapia para superar los temores. Soy payaso porque soy amante del teatro popular y de calle, la Comedia del Arte y sus estereotipos, en fin, un filántropo enmascarado. La mirada bufonesca hace que me congracie con lo más básico del ser humano. Es lo que representa el personaje de Pietrolino en la novela, la magia oculta en la humanidad más transparente y sencilla, como mi abuelo, quien me enseñó de niño a amar las letras y beber en los libros el agua del alma."

Y aunque se empaña en llamarme Alfredo me apunto a lo de ser clown y nos hacemos una foto juntos.


El libro de Angelina (primera y segunda parte)

Aventuras y tribulaciones de una amazona veneciana

Editorial: Minobitia

Colección: Narrativas

Incluye magníficas ilustraciones del autor, como la de aquí arriba.

Puedes seguir a Angelina en face book : PINCHA AQUÍ