Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

martes, 4 de diciembre de 2012

Tenemos un problema: los empresarios


Pocas horas después de escuchar a Gaspar Llamazares explicar en Salvados, que el 85 por ciento de las empresas del IBEX 35 tienen cuentas en paraísos fiscales, veo que detienen a Gerardo Díaz Ferrán, hasta hace bien poco presidente de la CEOE, o sea, de los grandes empresarios españoles.

Díaz Ferrán era conocido por sus constantes provocaciones a la clase trabajadora y a esa clase trabajadora organizada en sindicatos de clase. Insisto en “de clase” porque todos sabemos de la existencia de sindicatos no ya corporativos, sino montados por la propia empresa, como ocurre en El Corte Inglés.

Pero Díaz Ferrán, que hoy duerme en la cárcel (supongo que dormirá en ella bastante menos que Alfon, detenido kafkianamente tras la huelga del 14 de noviembre, y allí sigue), no sólo cometía excesos verbales del tipo “hay que trabajar más y ganar menos”; ha sido abanderado de todas las reformas laborales recientes y…, donó 246.000 euros al Partido Popular de Esperanza Aguirre en aquella campaña electoral que acabó con el tamayazo y que tantas veces recuerdo, como un auténtico golpe de Estado, en este blog. Si no hubiera habido ese golpe, estoy convencido de que tendríamos menos metro, pero más eficaz; y tendríamos sanidad pública y enseñanza pública de calidad y sin temor a desmantelamientos. Ferrán siempre fue cómplice, en el mejor de los sentidos, de Esperanza Aguirre, la "cojonuda".

Y en medio del batiburrillo, me encuentro con Julio Anguita denunciando una larga lista de personajes con dinero evadido, y luego rectificando un poco pero dejando claro que Botín sí, Botín sí tiene cuentas evadidas. Lo ves aquí.

Yo cada día tengo más claro que este país tiene un grave problema heredado de la llamada Transición: sus empresarios. El empresariado español, en general, busca eludir la ley para llenarse los bolsillos, como denuncia Llamazares con la evasión de las empresas del IBEX; pero también se las busca para eludir la legislación laboral. Es un empresariado que atemoriza a las plantillas con despidos si abren la boca ante irregularidades. Un empresariado enamorado de esta reforma laboral que ya está consiguiendo despedir a miles de personas y está provocando que en los próximos diez años tengan que emigrar diez millones de personas y dejar España como un solar. Esa España de la que se les llena la boca a los patrioteros de cartera y banderita.

Cierto es que tienen buen maestro con sus primos hermanos del PP que gobierna y que legisla reformas que pueden ser legales, pero son inmorales, cuando no inconstitucionales, como denuncian los sindicatos de clase, y recalco lo de la clase.

Y citar a la “clase” me lleva de nuevo a El Corte Inglés, ese buque insignia español, esa empresa que fue capaz de secuestrar un libro. Éste, Biografía de El Corte Inglés, donde Javier Cuartas, se introduce en esa empresa opaca, esa empresa con un régimen laboral más cercano a una secta que a una empresa, como denuncian, como claman en el desierto los sindicatos de clase, por ejemplo en este blog de CCOO. Claro, criticar a la empresa que más publicidad reparte no es buen negocio para los medios de comunicación.

En este país quieren haceros ver que la culpa de todo es de la clase trabajadora, que por otra parte, está engrosando el paro a zancadas; que la culpa es de los sindicatos de clase, que son trabajadores organizados y amparados por la Constitución; que la culpa es de las manifestaciones y por eso hay que prohibirlas, reprimirlas. Pero aquí, el único problema, el fundamental es el de unos banqueros que compiten con los empresarios en ver quien roba más a la ciudadanía. Cueste lo que cueste. Aunque… Gallardón ya tiene caliente el bolígrafo de firmar indultos, no olvidemos que Urdangarin ya ha echado sus barbas a remojar.

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