Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

sábado, 15 de febrero de 2014

Al encuentro de Mr. Banks (I), o mejor, de Disney


Pensaba haber escrito unas líneas sobre La gran estafa americana, pero no me es posible hacerlo con un mínimo de rigor porque estuve durmiendo durante una hora, menos de la mitad del metraje de la cinta, eso sí. También pensaba escribir sobre El lobo de Wall Street, pero estoy todavía con resaca de drogas, alcohol, sexo y todas las adicciones que allí aparecen. Dicho esto, me lanzo a tumba abierta y cuento un poco de Al encuentro de Mr. Banks, una peli comercial que invita a que compremos el DVD blue-ray de Mary Poppins, pero que…

Yo creo que me pilló con el día tontosensiblero e hizo que me emocionara más de lo que su director, John Lee Hancock tenía previsto para mí. Quizá influyera haber tenido un padre bancario. No sé, consultaré con mi psiquiatra.

Aparte de ello, la peli puede resultar interesante para quienes gusten de saber cómo es la trastienda del cine, al modo de Psicosis con Hitchcock o El príncipe y la corista con Mí semana con Marilyn (caray, esta peli la vi, me gustó y no dije nada de ella…). En este caso nos encontramos con la fontanería para que Walt Disney (interpretado por Tom Hanks) consiguiera quedarse con los derechos de Mary Poppins, una novela juvenil escrita por Pamela Lyndon Travers, interpretada por Emma Thompson. Después de veinte años insistiendo, lo consiguió. Claro, que la autora veía un futuro económico oscuro si no vendía los derechos.

Debo abrir un paréntesis para decir que Walt Disney nunca me ha caído bien. Lo siento. Le recuerdo de pequeño en la tele con esas apariciones televisivas en blanco y negro que llegaban a España con años de retardo y…, me daba pinta de tipo trajeado, engominado. Parecía un director de colegio más regañón que cómplice. Años después, con más conciencia, me enteré que fue un delator de comunistas; incluso leí algún ensayo sobre manipulación  que quizá os resulte interesante. Me refiero a Para leer al Pato Donald o a Mickey Mouse y la gran política, claro que éste último fue escrito por un sociólogo y periodista soviético.

Luego está el asunto del nacimiento y la muerte de Disney. Desde los seis años frecuento Mojacar, y allí es un clamor que Disney nació en este maravilloso pueblo. Vamos, que Disney sería un bastardo que a nadie le interesa dejar claro de quien es hijo. Sería sencillo con una prueba de ADN… Y luego, la muerte y la leyenda urbana de que está congelado…

La factoría Disney y su "fábrica de sueños" ha hecho grandes películas, pero me recuerda un poco al lío actual de Coca-Cola y su "instituto de la felicidad". Aunque quieran echar balones fuera esa felicidad cocacolera quiere enviar al paro a 700 personas y cerrar fábricas por toda España. 

Esto me está quedando largo. Al final estoy hablando de Al encuentro de Disney en vez de de Mr. Banks, así que…, mañana sigo.

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