Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

miércoles, 5 de marzo de 2014

Alfonso Luengo y el futuro "venturoso" de la Fundación Tripartita

En una fotografía de Fran Lorente. @frlorente
Extremeño de Don Benito, a sus 51 años ha sido directivo de entidades públicas como el Museo Reina Sofía, donde ocupó la gerencia; el Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música y el Instituto Cervantes, en los que fue director de recursos humanos; y el Consejo Superior de Deportes, donde fue subdirector general y director general de Infraestructuras Deportivas. Es funcionario del cuerpo superior de administradores civiles del Estado, licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca y tiene estudios de postrado por la Universidad Carlos III de Madrid, Esade y el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). Hace ahora dos años llegó a la gerencia de la Fundación Tripartita, algo que compara a “aterrizar en un portaviones que se está moviendo”. En su perfil de twitter dice: “Como Kiko Veneno, enamorado de la vida, aunque a veces duela”.

P. ¿Qué balance hace de estos dos años?
R. Es un balance muy positivo. En lo personal, una experiencia singular, apasionante, enriquecedora. Estoy aprendiendo mucho. Me he acostumbrado a trabajar en un entorno de supervisión permanente al que no estaba acostumbrado. Eso de tener al “pepito grillo” en casa es muy bueno porque duermes muy tranquilo. En estos dos años se han hecho muchas cosas, el problema es que estamos tan ocupados en contestar a cosas del pasado que no tenemos tiempo para reivindicar todo lo bueno que se ha hecho. Me incorporé en un momento complicado, con la Reforma Laboral recién aprobada, y con un cambio importante en la estructura y el modo de trabajar en la formación para el empleo. Había una natural tensión y lógica desconfianza a los cambios porque las organizaciones se sentían cuestionadas. Era un momento delicado. Al haber cambio de Gobierno mucha gente aprovecha para dejar sus mensajes, sus vendettas, sus opiniones; algunas legítimas y otras no tanto.
P. ¿La Fundación funciona?
R. Se diga lo que se diga es innegable que aquí se forman cuatro millones de trabajadores todos los años y que más de cuatrocientas cincuenta mil empresas son apoyadas en la formación de sus propios trabajadores. Esto funciona, no sirve para que nadie se haga rico. El sistema no está para eso.
“Esto funciona porque las organizaciones son las protagonistas de este sistema”
P. ¿Por qué asegura que el balance es positivo?
R. Esto funciona porque las organizaciones son las protagonistas de este sistema. Han demostrado que creen en el sistema y lo defienden. Eso es muy gratificante porque no siempre ocurre en la Administración. Cada organización tiene su punto de vista, pero todos entienden que para poder seguir hay que cambiar. El modelo sirve. Hay que dar formación a los trabajadores. Esto es un derecho de los trabajadores y una necesidad de las empresas. Derecho y necesidad es una combinación muy positiva, sobre todo para quien lo paga, que son los propios trabajadores y empresarios, no los contribuyentes.
P. Pero últimamente aparecen muchas irregularidades en los medios de comunicación.
R. El dinero que sale de la cuota de trabajadores y empresarios que invierte la Fundación Tripartita, termina en formación. Nosotros no tenemos nada que ver con posibles desviaciones del dinero que se aporta a las comunidades autónomas. Las comunidades autónomas no responden a ese carácter finalista como responde el Estado. Esto es algo polémico que está afectando a la propia visibilidad del sistema. Si una comunidad autónoma recibe unos fondos para formación y no los aplica para esa finalidad, afecta a la visibilidad o a la opacidad del sistema. Es importante saber que la Fundación Tripartita no tiene fondos. El presupuesto para su funcionamiento (personal, local, arrendamiento de equipos, licencias…) sale de la cuota. Lo que la Fundación hace es tramitar los expedientes. Y tampoco damos cursos, sino que gestionamos la financiación de los cursos. Aquí nadie se reparte nada, como alguna vez se dice en los medios de comunicación. Aquí hay una gestión participada por las organizaciones. No es cogestión, peo se acerca bastante.
En plenas explicaciones pedagógicas, captado por Fran Lorente.
“No he conocido un sistema más controlado en mis más de veinte años de experiencia como funcionario”
P. ¿Hay entonces mecanismos de control?
R. Es un sistema hipercontrolado. No he conocido un sistema más controlado en mis más de veinte años de experiencia como funcionario. Como anécdota le contaré que en una ocasión llegué a la Fundación y me encontré a un equipo del Tribunal de Cuentas, a un equipo de la Intervención General del Estado y al Ayuntamiento de Madrid por un asunto de impuestos. No conozco ningún caso en la


Administración en que en el mismo día se esté sometido a tres órganos de fiscalización. Más supervisión es imposible.

P. De cualquier forma, sí hay un sentimiento de cierta opacidad…
R. Puede ser producto de la tecnificación del modelo. Nosotros nos esforzamos por ser transparentes y visibles: vamos a ferias, a todos los actos, las cuentas son públicas. La mala imagen es producto de la complejidad del sistema. Tenemos términos que lo hacen poco comprensible. También es cierto que no ha habido un excesivo interés institucional por ser visibles. El año pasado hicimos un acto público de difusión de los resultados de la formación del sistema de acuerdo con las organizaciones. Yo, hasta la noche anterior pensaba que este acto se hacía todos los años. Me parecía lo normal por el mero hecho de gestionar la cuota. Resultó que hasta el año pasado no se había hecho nunca este acto de difusión, que luego repetimos en las cinco comunidades en que tenemos sede.
P. ¿Por qué no se hizo en el pasado?
R. Quizá faltó esa iniciativa porque no se veía la necesidad. Quizá estas estrategias mediáticas de subrayar siempre lo malo nos han hecho reflexionar sobre nuestra estrategia de comunicación. Esta casa, aunque suene muy retórico, es de cristal.
[Sobre el "OGNI"]: “Utilizando un dato cierto, la interpretación que se hace es capciosa, interesada, agresiva, impropia…”
P. En los medios, y recientemente en El Mundo, vimos como una fuente anónima conocedora de la casa decía que la formación no sirve para nada…
R. Es un discurso muy peligroso lanzado por un exgerente, bueno, un ex responsable de la Fundación Tripartita. Yo le llamo el OGNI (Objeto Gerencial No Identificado). Decía eso basándose en una fórmula de evaluación, que es pública, según la cual, sólo un 14 por ciento del alumnado responde que la formación recibida le ha servido para su desarrollo profesional, pero la lectura que se hizo es al revés. Esa pregunta se refiere a salario, a condiciones laborales. ¿Se imagina alguien que el 100 por cien de las personas que hacen un curso ascendiera? No existe sistema productivo que aguante eso. Utilizando un dato cierto, la interpretación que se hace es capciosa, interesada, agresiva, impropia, además, de una persona que podía haber hecho algo para que eso no fuese así. Esta persona alude que se le cesó justo cuando iba a tomar medidas, ¡qué mala suerte!
“El empleo lo crea el sistema productivo de un país, no la formación”
P. Entonces, ¿la formación para el empleo sirve?
R. La formación para el empleo sirve para la empleabilidad. Habiendo formación, el empresario no tiene que acudir a otros mercados. La formación para el empleo no crea empleo, mejora la empleabilidad. Es decir, para que quien tenga un empleo lo mantenga y para que quien no lo tenga, lo pueda obtener cuando lo haya. El Real Decreto 395 no se ideó para crear empleo. Es como pedirle a un autobús que vuele y eso es injusto. El objetivo del autobús es llevarte al avión, que es el que vuela. El empleo lo crea el sistema productivo de un país, no la formación. La formación del trabajador empleado forma un círculo virtuoso. Las empresas solamente pueden sobrevivir en un entorno como este, tan complejo, tan cambiante, tan tecnológico, si son competitivas. Al formar al trabajador, el empresario sobrevive. Y si el empresario sobrevive, el trabajador mantiene el puesto de trabajo. No hay cosa más virtuosa. Claro que a veces los círculos se rompen por la parte más débil, que es la del trabajador. Al menos, la formación contribuye a que ese círculo se genere inicialmente.
“Aprovechan determinadas irregularidades no para atacar a la formación, sino al dialogo social”
P. Hablaba de informaciones periodísticas interesadas. ¿Por qué ese ataque a la formación?
R. Creo que aprovechan determinadas irregularidades no para atacar a la formación, sino al diálogo social. Los medios se limitan a poner de manifiesto cosas que ocurren y ligarlos a un modelo de diálogo social.
“Las comisiones paritarias son las claves del futuro”
P. La Fundación Tripartita se basa en el diálogo y la negociación colectiva. ¿Sirve la fórmula de las comisiones paritarias?
R. Las comisiones paritarias son las claves del futuro. Es donde todo empieza y donde todo acaba. Aunque quizá sean excesivas, hay ochenta y seis y habría que racionalizarlas, está claro que quienes más saben de un sector son los trabajadores y los empresarios, y eso hay que aprovecharlo. El actual modelo está para tocarlo, pero no para romperlo. Es un modelo bien diseñado.
P. Otra crítica que se hace es que los trabajadores más formados son los que terminan recibiendo más formación. ¿Es así?
R. A eso se le denomina multiparticipación, y es excesiva. En las convocatorias de este año hemos primado aquellos planes en los que el beneficiario potencial se comprometía a un menor índice de multiparticipación. El objetivo es llegar a más trabajadores, no a más participantes aunque estadísticamente, el dato que sirve para sacar pecho es el de participantes.
P. La Fundación Tripartita tiene un convenio de colaboración con el SEPE (el antiguo INEM), que se renovó hace un año. ¿Está dando frutos?
R. El convenio tiene su parte polémica y algo de razón por quien critica que no se está explotando lo suficiente el convenio que se firmó. Las expectativas que creamos el año pasado fueron muy altas porque tanto las organizaciones como la gerencia incluimos muchos asuntos que antes no estaban. El convenio original se limitaba a la gestión de las iniciativas. Quienes creemos que la Fundación Tripartita es importante para el subsistema de formación, también creemos que la Fundación Tripartita también tiene que ganarse esa importancia. Es decir, tenemos que explicar lo que hacemos y además decir que queremos hacer más cosas. Queremos carga de trabajo y esa carga de trabajo tiene que estar recogida en el convenio porque si no es como si no constara en ninguna parte. El convenio es para cuatro años, no para un año. Algunas novedades sí están desarrollando, otras necesitan que el Sepe y el Estado articulen mecanismos previos necesarios. Hay que darle tiempo al tiempo.
En un momento de la charla, pillados por Fran Lorente, claro.
“El futuro de la Fundación Tripartita es venturoso”
P. Con todo… ¿Tiene futuro la Fundación Tripartita?
R. El futuro es venturoso. No se puede imaginar un sistema productivo que no dé formación, ni se puede imaginar en España un sistema en que no haya un componente básico de diálogo social. Yo no he venido aquí como liquidador de nada. Nunca he sido liquidador en ningún sitio.
P. ¿Actividades próximas a destacar?

R. Estamos ultimando un encuentro con la Embajada Alemana, que es el tercero de un ciclo, antes fueron Francia y Gran Bretaña, consistente en traer responsables sindicales y empresariales. Nos cuentan su modelo y vemos en qué nos equivocamos y qué hacemos mal. De esos modelos salen debates internos e ideas. En ese aspecto, la Fundación Tripartita está muy viva. La Fundación Tripartita no es un cadáver como piensa alguna gente, al contrario, nos agarramos a lo que nos sostiene en realidad, que es el derecho de los trabajadores y las necesidades de formación.

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