Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

miércoles, 4 de junio de 2014

La abdicación y el miedo a un referéndum

Manifestación en Sol por un Referéndum el día de la abdicación.
Yo lo que no termino de entender es el miedo que hay a convocar un referéndum, o dos, o tres. Yo no entiendo que los aparatos de los partidos políticos sigan pensando que este es un país de inmaduros mientras, paradójicamente, aseguran que tiene la generación más preparada. Yo no entiendo ese miedo  teniendo bajo control prácticamente a todos los medios de comunicación y poderes económicos. Bueno, esto último quizá sea al revés.

A Felipe, que será el VI, le vendría de fábula convocar un referéndum que le legitimara. Aquí se hizo una Constitución en la que no se contemplaba lo de la abdicación. Oiga, que lo mismo se hizo a propósito para que tras el juancarlismo, se vieran otras posibilidades. Yo no lo sé, pero desde luego…, ya ha habido años para arreglar la chapuza con tiempo, que ahora se resuelve con un artículo único y una disposición final única para hacer efectiva la renuncia a la Corona de España.

Según leo en El Diario.es, “el proyecto aprobado incluye un artículo único que dice textualmente: "S. M. el Rey Juan Carlos I de Borbón abdica la Corona de España. La abdicación será efectiva en el momento de entrada en vigor de la presente ley orgánica".

Creo que es evidente que esta abdicación es política. Vamos, que unos añitos más con Juan Carlos y familia dando espectáculos en medio de este desolador panorama neoliberal, con Cataluña y Euskadi hartas de España…,  y la cosa termina estallando. La confianza en Juan Carlos está en el subsuelo y, si hubiera sido presidente de una República, habría dimitido, que es lo mismo que abdicar, pero en rey.

Plantear un referéndum no implica votar a favor de un sistema republicano. Es más, habría que ver qué sistema republicano sería ese. Habría que ver cuáles serían las competencias de ese presidente, o presidenta.

Corrupción más allá de Urdangarín

Uno de los políticos y sindicalistas a los que más respeto es Adolfo Piñedo. He leído su blog y no comparto lo que plantea, lo cual me hace pensar que me estoy haciendo mayor. Aunque a Piñedo le parece bien la abdicación, sólo ve como error de la monarquía el Caso Urdangarín. Si es por entorno de corrupción hay mucho más como argumenta este artículo de Eldiario.es titulado La corte del rey Juan Carlos y elcapitalismo de amiguetes, donde se hace un repaso breve al listado de empresarios amigo del rey. Muchos implicados en casos de corrupción (Arturo Fernández) que han terminado con sus huesos en la cárcel (Gerardo Díaz Ferrán, Manuel Prado y Colón de Carvajal…) Incluso relacionados con los apuntes de Bárcenas como Villar Mir.



Considera Piñedo que el programa del PSOE se puede llevar a cabo en el actual modelo constitucional. Yo creo que el actual modelo constitucional está resquebrajado entre otras cosas porque la jefatura del Estado evidencia una falta de transparencia tremenda e impune. Tampoco creo yo que la cuestión de la República sea un asunto de consumo interno en la izquierda para ver quien es más rojo. Pienso que es un asunto de más democracia y más participación.

Otra cosa es que este PP repleto de hijos y nietos del franquismo sea monárquico. Por algo será. ¿No se puede ser republicano y de derechas o es esto sólo un problema de España?

No digo yo que no se aplique la Constitución, incluso por el derecho a una vivienda digna. Digo que no entiendo por qué no se puede preguntar a la ciudadanía, que en su 70 por ciento no votó la Carta Magna, reformas como tipo de sistema. En esos días convulsos de Transición, por ejemplo, CCOO, inteligentemente observó que la correlación de fuerzas existente impedía volver al régimen previo al golpe de Estado de Franco. La ultraderecha estaba ahí, y con armas, y con el apoyo de buena parte del ejército. Esa no es la situación actual y CCOO cree que la profunda reforma constitucional que necesita España sea sometida a laopinión de la ciudadanía.


Pienso que las cosas no están haciéndose bien por parte del principal partido de la oposición y como muestra los últimos resultados electorales. Es decir, lo que toca es hacer algo diferente. Pienso que, por ejemplo, también toca acabar con el poder de la Iglesia. Pensaba que el PSOE estaría a favor de un estado laico. Yo ya no sé…

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