Blog de Alfonso Roldán Panadero

Autorretrato
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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 22 de junio de 2014

Morirse en Bilbao, Igerseuskadi y foto Ikatz


La foto de Mauri65. La 8. Sí, la 8 en Espacio Ikatz.
Tal como dicta la tradición periodística empecemos por lo importante. Si vives o pasas por Bilbao estaría bien que te acerques por Spazio Ikatz, en Gregorio de la Revilla, 12. Allí hay una exposición colectiva de 20 fotografías realizadas por usuarios de Instagram, que estará hasta finales de julio. El público asistente puede votar la que más le guste. La mía es la número 8, esta que pongo aquí. Acercaos y votad la que más os guste. La mía, insisto, es la 8. Un beso con puesta del Sol sobre la ría. El autor, o autora, de la foto más votada podrá hacer una exposición individual. La cosa fue iniciativa de Ikaz y de Instagramers Euskadi, con Albertomakusikusi (veo, veo…), a la cabeza.

Mi relación con Instagram comenzó hace casi cuatro años. Hacía poco que había muerto mi padre y recuerdo sus últimos días enseñándole las maravillas de mi flamante iPhone. En Instagram me metí, recomendado por una compañera y amiga, que sólo rulaba para iPhone en ese momento. Yo pensé que era una aplicación de filtros y terminó siendo una red de fotos que estaba empezando. Durante un tiempo estuve rodeado de flores y, fundamentalmente, japoneses, que aquello parecía una peli de la Segunda Guerra Mundial. Poco a poco empezó a surgir gente que escribía en castellano. Y empecé a echar buenos ratos con fotos y vacilando, y riéndome mucho, que falta hacía y hace.

Igers Euskadi en Bilbao. Desvirtualizando.

Todas las redes en las que me enredo las tengo en abierto porque no tengo secretos que haga públicos. IG era diferente, que era “exclusivo” para Iphone y, me sentía más gamberro de lo normal relacionándome con gentes de mil sitios que no conocía, ni me conocían, de nada. Congenié muy bien con personas con la que sigo en contacto sin habernos visto nunca, fundamentalmente de Catalunya y Euskadi. A otras personas sí he desvirtualizado, que eso me gusta. Me gusta saber que detrás de perfiles hay personas reales.

Habría mil aventuras igeras que contar. Y hay mucho que criticar a IG, especialmente desde que fue adquirido por Facebook, momento en que quintuplicó su número de ususarios. Hay mucho buen rollo, mucho talento; es un medio social al que se acude con los mismos objetivos que a cualquier otro (desde ligar, hasta promocionar marcas. Cada cual sabe, o debería saber, por qué está); y también hay mucha alcantarilla. Creo que los pata negra  son los más interesados en que se limpien las alcantarillas, pero eso es otra historia.

Yo mismo posando.

 Hace una semana conocí, desvirtualicé a algunos igeros de Euskadi a cuento de la foto de la exposición, que también me paso el día yendo allí y, de paso, fotografiando Bilbao. Me gustó, aprendí y corroboré que hay mucha gente maja y sana en esta red. ¿Frikies? Seguro. Como en todas partes.


La foto excusa para contar estas cosas me evocó el tema Morirse en Bilbao, de Doctor Deseo que, además del otro día, hace unos pocos años anduvieron por las fiestas del barrio en Madrid, el barrio de Bilbao, un barrio alegal, no reconocido por el Ayuntamiento.



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