Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

jueves, 11 de diciembre de 2014

Verónica Benito Manchado, trabajadora de Emergencia Social

Verónica captada por @frlorente, Fran Lorente, en el Paseo del Prado.
Verónica Benito Manchado es una madrileña de 31 años que desde hace diez trabaja en Emergencia  Social de la Comunidad de Madrid, un servicio que atiende las emergencias individuales, familiares y colectivas que se producen en la región, excepto en la capital, las 24 horas al día, durante los 365 días del año. Como no podía ser de otra forma, el Gobierno de la Comunidad de Madrid continúa en su línea de ir recortando sus servicios, pero en esta ocasión con la paradoja de que ha aumentado su presupuesto.
El trabajo de Verónica, como ella destaca, es vocacional, “es un trabajo muy duro en el que nos encontramos con suicidios, con asesinatos… Hay que marcar distancia, no te puedes llevar a casa los problemas con los que convives permanentemente”. Más allá de esa vocación de servicio, asegura Verónica que lo mejor del trabajo es el ambiente y el compañerismo.


Además es un trabajo en el que es complicada la conciliación familiar, “sin estabilidad horaria”, con tres turnos que comienzan la jornada a las siete de la mañana, a las dos de la tarde y a las nueve de la noche. También resulta curioso que el número de hombres sea mucho menor que el de mujeres. “Hay un trabajador social y un auxiliar de servicios sociales y eso sí, cinco conductores”, explica Verónica. Sin duda, sigue dándose el rol de “mujer cuidadora”.

La labor que se desarrolla en Emergencias Sociales tiene dos fases: intervención y seguimiento, coordinados con el teléfono 112. En la fase de intervención se recibe la llamada del usuario “y derivamos el recurso más adecuado, que suelen ser los servicios sociales del municipio en que está empadronada esa persona”. Una vez atendida comienza la fase de seguimiento, “en la que realizamos las gestiones necesarias, como acompañamientos a juicios o trámites burocráticos”.

El servicio se creó en 2005 y en 2007 llegó a su momento de máximo esplendor. “A partir de ahí empezó el declive”, explica Verónica, “es inexplicable que algo que vendían como muy importante y con gran autobombo se esté quedando en algo simbólico”.

En este sentido, los trabajadores denuncian que llegaron a ser 77 personas en plantilla y el servicio ha venido siendo recortado sistemáticamente. Desde 2013 pasó a prestar servicio únicamente una unidad de 24 horas y otra de 10 horas diarias prescindiendo en ella de la figura de auxiliar de servicios sociales.

"Lo paradójico, curioso e inexplicable es cómo el presupuesto ha aumentado para el próximo año y sin embargo se recortan los servicios" 



Lo paradójico, curioso e inexplicable es cómo el presupuesto ha aumentado para el próximo año y sin embargo se recortan los servicios. Así, desaparecerá la atención psicológica en situaciones de crisis; el servicio de intérpretes (que implica comunicarse en 32 idiomas); el servicio de ayuda social de urgencia a domicilio, que se encarga, por ejemplo, de las personas mayores que no quieren ir a residencias; también desaparecen las auxiliares de servicios sociales.

“Es decir, a quienes se quedan se les van a duplicar las funciones, incluidas las de conducción, manteniendo las condiciones salariales”, explica Verónica. Además, recalca que los recursos materiales también se recortan “y sólo vamos a contar con una unidad móvil adaptada para ocho personas, incluyendo el personal y otro vehículo para cinco personas, incluyendo el personal. Es decir, cinco usuarios”.

El servicio cuenta con dos centros, la central en la calle Ruiz de Madrid, donde se realiza la atención telefónica y la de Cuatro Vientos, donde se encuentran las unidades móviles. Verónica Benito se queja de que este centro “es un habitáculo con el espacio muy limitado, donde malamente cabemos nueve personas y donde tenemos que comer en el mismo lugar de trabajo, entre los ordenadores. Tan pequeño es, que el retrete no cabía y la tapa está sujeta con una goma”.

Con todo, lo que es evidente “es que con la crisis son más necesarios los servicios y sociales, los ayuntamientos ya no pueden hacerse cargo de esa avalancha de trabajo y las emergencias sociales no pueden ser atendidas como debería ser. La región de Madrid es muy grande, con 179 municipios a los que atender y es imposible que en estas condiciones podamos dar abasto”, proclama, pesimista, Verónica.

¿Qué es el Servicio de Emergencia Social?

Aquí sí. Pillados por @frlorente de una manera espontanea.
El Servicio de Emergencia Social de la Comunidad de Madrid responde a situaciones de emergencia socia sobrevenidas en los 179 municipios de la región. Creado en 2005 ha atendido a personas en situaciones de emergencia social, entre ellas, víctimas de violencia de género, menores y mayores en desamparo, personas sin hogar, intervenciones psicológicas de usuarios en shock, así como gestión del servicio de entrega de criaturas recién nacidas abandonadas.


La crisis ha aumentado y agravado las situaciones críticas de emergencia social a nivel individual y colectivo, dadas las carencias económicas que actualmente sufren multitud de familias, personas en situación de paro de larga duración, ancianas y ancianos que sustentan a toda a familia con su pensión, viéndose en la necesidad de contactar con este servicio por no poder cubrir necesidades básicas.

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