Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

jueves, 15 de enero de 2015

Coca-Cola quiere dar jaque mate a sus trabajadores…

…, pero los trabajadores darán jaque mate a Coca-Cola


Foto de @frlorente tras la carga policial de hoy en Fuenla.
Hace ya prácticamente un año que comenzó lo que vino en calificarse el “monstruoso” expediente de Coca-Cola. No soy yo amigo de conspiranoias ni de supuestos gobiernos en la sombra, pero desde que empezó el culebrón, los hechos dejan claro que la multinacional de refrescos tiene un poder que hace que se salte a la torera gobiernos y leyes impunemente.
La plantilla ha encontrado el apoyo unánime del parlamento madrileño y del pleno municipal de Fuenlabrada para que la fábrica embotelladora que hay en esta ciudad no se cierre. Pero Coca-Cola se ha reído de los representantes políticos madrileños.

Además, de la mano de CCOO, los trabajadores han ido ganando todas las batallas jurídicas. Pero Coca-Cola se ha situado en la ilegalidad haciendo alarde de antisistema o quizá de precursora de un nuevo sistema, a día de hoy, ilegal. Coca-Cola se ha reído de la justicia española, se ha reído hasta de la Audiencia Nacional que ha obligado a ejecutar la sentencia que da la razón a los trabajadores. Porque los trabajadores tienen, por ley, que ser readmitidos en sus puestos de trabajo.

Coca-Cola no reconoce a la justicia española de una forma que sólo nos puede recordar a algunos juicios a terroristas, pero con el agravante de que en este caso la policía española se pone de parte de los que incumplen la ley.

Hoy la policía ha cargado violentamente contra los trabajadores que defienden la fábrica, que a su vez defiende la justicia española. Coca-Cola ha dado un golpe de estado con el beneplácito del Ministerio del Interior y la Delegación del Gobierno. Porque la intención de Coca-Cola es desmantelar, ilegalmente, la fábrica de Fuenlabrada.

La policía, el Gobierno español, debería proteger a los trabajadores que han ganado todas las batallas jurídicas; debería custodiar a los representantes sindicales porque la Audiencia Nacional es muy clara con la obligación de la empresa, que “de impedir u oponer algún obstáculo a dicho ejercicio, se pondrán los hechos en conocimiento de la Autoridad Laboral a los efectos de sancionar su conducta de acuerdo con lo que dispone la ley”.

Coca-Cola quiere dar jaque mate a la plantilla de Fuenlabrada y sus representantes, pero, tiempo al tiempo, los trabajadores darán jaque mate a Coca-cola apoyados por la Justicia.

Lo ocurrido es un escándalo, pero no uno más. Como ha dicho Ramón Górriz, secretario de Acción Sindical de CCOO, “la policía al servicio del patrón era una conducta habitual en la dictadura de Franco. No es esa su función en Democracia”. Hoy la policía no ha estado con su ciudadanía, ha estado con la ilegalidad. Y eso en una democracia no debería salir gratis.

Esperemos que la ciudadanía, que los trabajadores de Coca-Cola, no paguemos los nervios electoralistas del PP, las peleas por la candidatura a la alcaldía de Madrid...

Otras entradas sobre Coca-Cola, pinchando AQUÍ.




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