Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 8 de mayo de 2016

Trumbo, la lista negra de Hollywood

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En nuestros estereotipos mentales figura que los Estados Unidos es gran país de la libertad de expresión y de la libertad de prensa. Gracias al cine sabemos que en muchas ocasiones esto no es así y que este país es maestro también en acallar voces directamente o con subterfugios. De puntillas pasó recientemente por las salas La verdad, por ejemplo, protagonizada por Robert Redford abordaba esa forma de acallar voces con subterfugios. La historia (conocida como Rathergate) transcurre en la víspera de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2004.

Sin duda, nada como la caza de brujas del macartismo, para comprender que a veces en EEUU se calla la libertad de expresión por la bravas. La caza de brujas fue uno de los episodios más negros de la reciente historia de los Estados Unidos, padecido por periodistas (imprescindible Buenas noches y buena suerte), cineastas e intelectuales, fundamentalmente.

Trumbo relata el padecimiento del que fuera el guionista mejor pagado de Hollywood entre 1947 y 1970, Donald Trumbo, por pertenecer al Partido Comunista. En aquella locura anticomunista, antisindical e incluso antiroosveltiana; el Comité de Actividades Norteamericanas (HUAC) obligaba a testificar a profesionales del cine. Lo
s actores, guionistas, directores que no denunciaban a sus compañeros de izquierdas eran condenados a prisión.

Trumbo, con otros nueve guionistas, se negó a testificar invocando la Primera enmienda y, claro, acabó con sus huesos en la cárcel y la posterior imposibilidad de trabajar, al menos de firmar guiones…  Porque trabajar, trabajó como un poseso. Paradojas de la vida, le salvó una productora de espantosas películas para la que hacía guiones como churros. Productora a la que, a la postre, no se amedrenta ante las amenazas de los patrioteros porque su público “ni siquiera lee los periódicos y no sabe lo qué es ser un rojo”.

Pero nuestro guionista se las pudo componer para escribir clandestinamente oscarizados guiones como Vacaciones en Roma o Espartaco. En el primer caso, el guión lo firmó William Wyller, que confesó la verdad y en el segundo la firma fue un seudónimo. Con el tiempo la verdad de la autoría salió a la luz y una generación de escritores perseguidos fue resarcida.

La película es imprescindible, recuerdo que empieza la fiesta del cine. Se trata de algo más que cine político en estos tiempos que corren de democracias amordazadas porque al final, como el propio Trumbo explica en un discurso, todos somos víctimas del terror cuando se ataca la libertad de expresión.

País: Estados Unidos.
Director: Jay Roach.
Guión: John McNamara.
Reparto: Bryan Cranston, Diane Lane, Helen Mirren, John Goodman, Elle Fanning, Louis C.K., Michael Stuhlbarg, David James Elliott, Roger Bart, J.D. Evermore, Mark Harelik, Peter Mackenzie, Toby Nichols, Becca Nicole Preston, Elijah Miskowski.


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